Tomo el relevo de Ana y comienzo mi viaje subiendo desde la Plaza de Pontejos por la calle de la Paz donde encuentro esta taberna madrileña en la que ademas de callos, albóndigas o calamares, se pueden saborear desde 1907 y a lo largo de todo el año las típicas torrijas con vino dulce.
En esta misma calle hay varias tiendas centenarias como Santarrufina, compañía española de artículos religiosos fundada en el año 1887 o el taller-tienda de guitarras Jose Ramirez fundado en 1882.
Dejo atrás el bar pensando en volver un día para probar las torrijas y dibujar el interior y sigo subiendo hasta encontrarme con la calle de la Bolsa, en la que giro a la izquierda hasta la Plaza de Jacinto Benavente, mi idea era dibujar desde allí la torre de la iglesia de Santa Cruz, pero al pasar veo el teatro Calderon entre los arboles y al final eso es lo que dibujo.
En esta plaza dejo el testigo para el siguiente rutero que creo es Juan Mª.