viernes, 20 de septiembre de 2013

De la Calle del Almendro a la Calle de San Justo.

Me bajo en el metro de La Latina, e intento llegar a la Calle del Almendro, donde Marga dejo su ruta. Para empezar me equivoco de salida, y cuando me doy cuenta estoy en la Puerta de Toledo, mas perdido que un torero al otro lado del Telón de Acero, como dijo Sabina. Preguntando a amables abuelitas, consigo dirigir mis pasos hacia el Acueducto, y a partir de ahí, me empiezan a sonar las calles de las anteriores rutas. Llego a la Calle del Nuncio,esquina a Costanilla de San Pedro,  donde se encuentra una de las Iglesias Mas antiguas de Madrid, la Iglesia de San Pedro el Viejo (hogar de Jesús el Pobre, llamado así para diferenciarlo de Jesús de Medinaceli), data del siglo XIV, época a la que pertenece la Torre Mudejar.

Me dirijo hacia la parte posterior con idea de dibujar el Café del Nuncio, que a estas horas todavía permanece cerrado. Me llama la atención, dos Torres con campanas acabadas en boina, al final de una calle estrecha y en cuesta, no tengo ni idea que son, ya que en el Madrid Viejo estoy pez, pero me gusta la perspectiva, enfoco la Torres, pero según voy dibujando hay algunos detalles que me llaman la atención, y que investigare cuando llegue a casa.
La casa en primer plano a la derecha, haciendo esquina Doctor Letamendi con La Calle Segovia es el Dispensario AZÚA, Centro de Salud especializado en el tratamiento de enfermedades venéreas, inaugurado en 1924 durante la dictadura de Primo de Rivera. La primera planta se destinaba a los hombres, la segunda a las mujeres, según Wikipedia, con distintas puertas de acceso para reservar la intimidad de los enfermos.
Me dirijo por la mencionada calle Letamendi,hasta llegar a la Calle de San Justo, para saber a que corresponden las torres con chapiteles, que he dibujado, tratándose de la Basílica Pontificia de San Miguel, una de las construcciones mas relevantes del Barroco español,y la única fachada convexa del Barroco madrileño. que se empezó a construir en 1739.

Este ha sido mi primera inmersión en el Madrid de los Austrias, en muchos años, pero volveré, los rincones que tiene son interminables, y muy dibujables.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Barrio de la Morería

Pues yo me he colado, y ayer 23 de agosto, con 35º de temperatura en Madrid, me armé de lapiceros y me bajé a dar una vuelta por el barrio de la Morería a buscar vestigios de los primeros pobladores de la capital. Cogí el relevo de Javier en los jardines del Príncipe de Anglona, y tiré por la calle Alamillo y luego Morería para llegar finalmente a la Angosta de los Mancebos, donde se encontraron restos del primer poblado de Madrid.
La verdad es que no se ve nada, no sé si las vallas tendrán algo que ver con el asunto, o las moscas, o que no hubiera ni un alma; y la casa es bastante feucha, pero fue curioso saber que ahí debajo vivieron gentes hace 3500 años. Continué caminando por la calle Mancebos hasta que, al cruzar con Redondilla, me mostró el siguiente panorama
Quedaban estupendas las banderitas, pero no encontré a nadie para preguntarle de qué se trataba, y todos los locales de la calle estaban cerrados ¡si es que a quién se le ocurre ir a dibujar en agosto! Continué por la calle Mancebos para visitar uno de los restos de la muralla medieval
al que tienen ahí encerrado detrás de una verja, una combinación de edificios bastante curiosa. Y por último, por completitud, decidí pasarme por la calle del Almendro donde tienen otro trozo de la misma muralla
He de reconocer que no fui capaz de reconocer la muralla, que el espacio tras la verja es un caótico desastre, y que me gustaron mucho las 3 chimeneas. Y aquí termino mi caluroso paseo y paso el testigo a alguien con más sentido común :-)

La carcel de la Corona

Entro en el Centro Municipal de Mayores Anton Martín en el numero 14 de la calle de la Cabeza para dibujar la corrala y me entero que en los sotanos hay una sala de exposiciones que según dicen podrían ser los restos de los calabozos de la cárcel de la Corona, donde recluían a los eclesiásticos que habían incurrido en delitos civiles.
Quizá el suceso mas curioso que sucedió en esta cárcel, fue el asesinato por una turba, de Juan Vinuesa, "El cura de Tamajon", que lucho contra los franceses y una vez terminada la guerra fue nombrado confesor de honor y capellán de Fernando VII. Todo parecía irle bien, hasta que tras el alzamiento de Riego los liberales toman el poder, en ese momento el cura que era un fanático absolutista, trama una plan para acabar con el gobierno, Mesonero Romanos en sus "Memorias de un setenton" dice: "Desde mediados de Enero hallabase preso en la cárcel de la corona.... D. Matias Vinuesa... de quien se decía haberle encontrado un plan desatinado de contrarrevolución  basado en la cooperación nada menos que del emperador de Rusia..." El 4 de Mayo de 1821 es condenado a 10 años de prisión, pero el pueblo acoge con desagrado la sentencia y esa misma tarde un grupo de exaltados mata al cura, episodio que también narra Mesonero: "... corrieron a la cárcel de la corona sita en la calle de la Cabeza... y asesinaron al desdichado Vinuesa, valiéndose para ello de un martillo de los picapedreros que a la sazon trabajaban en la calle...", la muchedumbre se dirige después a casa del fiscal con intención de sacrificarle también pero este escapa por los tejados. La cárcel sufre numerosas trasformaciones a lo largo del tiempo y ya en el siglo XIX pierde su condición de prisión y se convierte en la corrala que podemos ver hoy día, aunque se conservan los calabozos del sótano. Información extraída de La Muralla Reciclada donde aparecen fotos de las celdas..., muy interesante.

El Imparcial

La antigua sede del periódico El Imparcial en la calle Duque de Alba numero 4.
Este diario matutino de ideología liberal fue fundado por Eduardo Gasset en 1867, desapareciendo en 1933. 
En su suplemento literario, Los lunes del Imparcial, colaboraron algunos de los principales representantes de la generación del 98 como Unamuno, Maeztu, Azorin y Baroja.